Por última vez en su carrera, Lionel Messi visitó el estadio “Hernando Siles” como capitán de la Selección Argentina. A sus 36 años, es indudable que la despedida está próxima, esta vez cambió el foco de la atención de ser protagonista en el campo a pasar a ocupar una butaca en la banca de alternos, desde donde celebró la facilidad con la cual sus compañeros se llevaron un triunfo ante Bolivia (3-0) en la segunda fecha de las eliminatorias mundialistas 2026.
Con el aterrizaje de Messi en La Paz, creció la expectativa de los aficionados albicelestes por ver al “10” mostrar su calidad de juego en el principal escenario deportivo de Bolivia, a tan sólo nueve meses de coronarse campeón del mundo y ser el “mesías” que ayudó a romper una sequía de 36 años sin ganar este título.
En las anteriores tres visitas, el futbolista rosarino venía con una presión adicional, con todos los lauros ganados a nivel de clubes y con premios individuales, pero sin el trofeo de campeón. Esta vez, la serenidad fue la compañera de Messi.
A mediodía del viernes, ya se conocía que Messi no jugaría, ni alternaría, porque la lesión muscular todavía era una molestia por la cual el entrenador Lionel Scaloni no quería arriesgarlo ni disgustar al club Inter Miami (Estados Unidos), que lo esperaba para seguir siendo la sensación en la MLS.
La alegría de los seguidores de Messi duró un instante cuando del túnel del vestuario salió la camiseta número diez, con otro dueño: Jorge Correa. Detrás, casi al último de la fila, con bajo perfil, Messi se acomodó en la banca como un visitante. Tampoco estaba en la nómina de alternos, apagando el entusiasmo de sus seguidores.
Argentina ganó sin Messi, no hubo necesidad de exponerlo, porque el partido estaba resuelto al final del primer tiempo con un 2-0, que fue estirado en la recta final del complemento (3-0) ante una Bolivia desdibujada y que estaba lejos de mostrar el fútbol con el cual recibió con anterioridad al “10”.
Donde iba Argentina con Messi siempre había un gol del futbolista rosarino en las eliminatorias, los únicos escenarios que se salvaron hasta la fecha fueron el estadio Atahualpa de Quito y el estadio “Hernando Siles” de La Paz.
Cuatro visitas y ni un gol pudo convertir Messi en el escenario de Miraflores, donde ganó uno, empató uno y perdió uno. El resultado de este martes es un anexo a este historial.
En contrapartida a esta producción, Messi anotó a Bolivia ocho goles, entre partidos de las eliminatorias, Copa América y amistosos, siendo el rival al que más goles le ha convertido en su carrera.