El Gobierno estaría realizando un gasolinazo encubierto al dar el visto bueno, para aumentar el porcentaje de mezcla de gasolina con alcohol, denunciaron este martes los parlamentarios de Comunidad Ciudadana (CC), al mismo tiempo de calificar esta medida como otro ataque a la economía de los bolivianos.
El diputado de esta alianza política, Alejandro Reyes, recordó que hace menos de un mes, el gerente de planificación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Dani Roca, declaró a un medio de comunicación que aumentarán la mezcla de alcohol y gasolina hasta un 20 por ciento, pese a que lo tolerable es ocho por ciento.
Sin embargo, no existen estudios técnicos que respalden el rendimiento de esta mezcla y que no afecte al parque automotor; en ese sentido, el diputado manifestó que ya se conocen algunas denuncias del transporte público y particular sobre daños en sus vehículos, por el uso de la gasolina con alcohol.
Tomando en cuenta estos dos aspectos, Reyes confirmó que presentarán una petición de informe conjunto entre diputados y senadores, para pedirle al Gobierno que muestre estudios técnicos que garanticen la seguridad de los bolsillos de los bolivianos, en caso de que se apruebe el aumento de porcentaje de la mezcla.
“Estamos viendo que esta afectación a los bolsillos de los bolivianos podría ser un gasolinazo encubierto (…). Este problema que es económico, la subvención de los hidrocarburos, lo quieren solucionar aguando la gasolina, ellos tienen la obligación de garantizar a los bolivianos que no habrá afectación en el rendimiento y el parque automotor”, declaró el legislador según informó LA PATRIA desde la sede de Gobierno.
Por su parte, la senadora, Andrea Barrientos, también criticó las nuevas políticas aprobadas para la restricción de venta de gasolina en bidones y para menores de 18 años; no obstante, observó que ya se conoce la denuncia de una sobrecompra de combustible.
En ese entendido, la legisladora afirmó que el Gobierno, en vez de seguir implantando políticas innecesarias, debe sincerarse con el país sobre la situación económica, asumir la crisis y dejar de meterle la mano al bolsillo de la gente.
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