Jornada de ensueño para Marcelo en su regreso a Fluminense. Su nueva etapa apenas comienza en Brasil pero el lateral izquierdo de 34 años cierra el círculo de una carrera memorable con la consecución del torneo carioca que ya alzó en 2005 antes de marcharse al Real Madrid. Ahora lo vuelve a conquistar 18 años después con un gol formidable y una actuación colectiva del cuadro tricolor que puso en pie a Maracaná al remontar al eterno rival, Flamengo, con una goleada por 4-1 que no dejó duda alguna.
Fernando Diniz debe ser ya considerado, si es que quedaba alguna duda, como un entrenador de culto. El ‘Dinizismo’ ha llegado para ser importante. El juego que el técnico ha inculcado en Fluminense hacía mucho tiempo que no se veía en Sudamérica. Movimientos constantes, pases cortos con todo el sentido del mundo para encontrar espacios y paciencia hasta vislumbrar el momento de finalizar. Tiene las piezas para ello con Ganso, Arias, Cano o André y ahora suma a Marcelo, que desde su puesto original tiene libertad para aparecer en otros sectores.
En una de esas incorporaciones tan espontáneas de Marcelo llegó el primer tanto del juego. Desde el extremo derecho maniobró con una calidad excelsa hasta sacar el zurdazo ajustado que metía a Fluminense de nuevo en la final tras perder 2-0 en la ida. Pocos minutos después Ganso puso la magia con un pase de primera que dejó a Cano a las puertas del gol. El argentino no perdonó con un remate que pegó en el poste antes de colarse.
El Flamengo de Vitor Pereira, que ya venía de caer ante Fluminense en la resolución de la Taça Guanabara y de vivir una pesadilla en el Mundial de Clubes, la Supercopa o la Recopa, volvió a vivir un desastre días después de debutar en Copa Libertadores con derrota. Lejos de reaccionar tras el descanso, el dominio de Fluminense se mantuvo. Una mano revisada por el colegiado en el VAR terminó en penal. Cano vio como Santos lo detenía pero el goleador estuvo ávido de gol para lanzarse al suelo y culminar la remontada.
Flamengo estaba contra las cuerdas y ninguno de los cambios fue capaz de cambiar la situación. En cambio, Fluminense disfrutaba con su estilo, que en oleadas desarmaba al rival. De esa forma llegó el cuarto gol, con un remate de primeras de Alexsander -jugador que no deja de crecer-, que desató la fiesta en la cancha y en la grada. Aún quedaban 25 minutos de juego pero el “mengao” no ofrecía reacción alguna. Solo en el descuento logró anotar Ayrton Lucas, uno de las pocas figuras que han ofrecido un nivel alto en las últimas semanas.