Internacional

Francisco celebra diez años de su pontificado con un podcast

El papa Francisco, durante una entrevista con The Associated Press en el Vaticano, el 24 de enero de 2023 / Andrew Medichini
"Por mis 10 años como Papa, regálenme la paz", pidió el Papa.

El Papa Francisco celebró este lunes su décimo aniversario de Pontificado presentando un podcast a los medios de comunicación del Vaticano. Este fue denominado “Popecast” y muestra una mirada sobre su tiempo como principal líder del catolicismo.

Tras 40 viajes al extranjero, tres encíclicas, 899 santos canonizados, miles de audiencias o cientos de visitas a diócesis y parroquias, el Papa identificó la audiencia con los abuelos de todo el mundo el 28 de septiembre de 2014 como un momento hermoso en su Pontificado.

«Los ancianos son sabiduría y me ayudan mucho. Yo también soy viejo, ¿no? Pero los ancianos son como el buen vino que tiene esa historia añeja. Los encuentros con ancianos me renuevan y me rejuvenecen, no sé por qué… Son momentos hermosos, preciosos», aseguró.

Respecto a los momentos dolorosos, mencionó que fueron todos los relacionados con el horror de la guerra, como cuando visitó los cementerios militares de Redipuglia y Anzio, la conmemoración del desembarco de Normandía o la vigilia para evitar la guerra en Siria.

«Detrás de las guerras está la industria armamentística, esto es diabólico», señaló Francisco.

Contó que él no se esperaba ser quién dirigiera la Iglesia universal, en tiempos de la Tercera Guerra Mundial.

«Pensaba que lo de Siria era algo singular, luego vinieron los demás (…) Me duele ver a los muertos, sean rusos o ucranianos, me da igual. Ellos no vuelven. Es duro”, indicó.

De la misma forma, compartió sus tres sueños para la Iglesia, para el mundo y para los que gobiernan el mundo.

«Tres palabras: fraternidad, llanto, sonrisa… Fraternidad humana, todos somos hermanos, reconstruir la fraternidad. Aprender a no tener miedo de llorar y sonreír: cuando una persona tiene miedo de llorar y sonreír, es una persona que tiene los pies en el suelo y la mirada en el horizonte del futuro. Si uno se olvida de llorar, algo va mal. Y si uno se olvida de sonreír, es aún peor», comentó.


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