El Liverpool goleó 7-0 al Manchester United en Anfield y coronó una jornada memorable en la Premier League. Fue una victoria histórica para el club, pero no todo fue sonrisas para los dirigidos por Jurgen Klopp. Durante el festejo del último tanto anotado por el brasileño Roberto Firmino, un aficionado de los Reds entró en el campo para celebrarlo con los jugadores y lesionó involuntariamente a Andrew Robertson al dejarse llevar por la euforia general.
El hincha desafió todas las normas de seguridad del estadio y se metió en el verde césped. Pero cuando se disponía a unirse al equipo que se había reunido en la línea de banda para celebrar, se resbaló y chocó involuntariamente con el lateral escocés: el futbolista quedó tendido en el suelo sujetándose el pie derecho. Otros dos compañeros sintieron el impacto y mostraron signos de dolor, aunque tampoco tuvieron problemas para continuar jugando lo que quedaba de partido.
El aficionado rápidamente fue retirado por el personal de seguridad y atendido por el personal médico mientras el entrenador alemán le propinaba un suave golpe en forma de reto mientras lo acompañaban a la salida. Klopp tuvo que ser retenido por el juez de línea, que se encargó de calmar al técnico en la línea de banda. Afortunadamente, Robertson pudo continuar en el partido y prolongó el triunfo del Liverpool. El defensor tuvo una excelente actuación con una asistencia para Cody Gakpo en su primer gol poco antes del descanso y marcó de gran manera al extremo derecho Antony.
Una de las escenas llamativas de la noche en Anfield fue ver a Jurgen no realizar la clásica celebración con uno de los costados de la tribuna. En lugar de eso, levantó un dedo al aire con mirada hacia dicho sector para pedir apoyo en los siguientes partidos ya que él considera que todavía “no hay nada” para celebrar. Sin embargo, la histórica goleada es un paso en la dirección correcta para recuperar el rendimiento que llevó a su cuadro a levantar la Orejona pocos años atrás.