La Cámara de Diputados de Chile aprobó el reciente lunes, un proyecto de ley con las modificaciones del Senado que restablece el voto obligatorio en las elecciones. La determinación surge luego de diez años de su derogación.
Con 124 votos a favor, seis en contra y tres abstenciones, la Cámara Baja chilena ratificó la vuelta al voto obligatorio, dejando atrás el sufragio voluntario luego de un aumento progresivo de la abstención en los recientes años, según informaron desde el Congreso de Chile, mediante un comunicado.
Con esta nueva ley, la inscripción en los registros electorales será automática y el voto será obligatorio, tal y como fue en el referéndum constitucional del 4 de septiembre.
La reforma, que nació en la Cámara de Diputados, fue despachada a segundo trámite al Senado en junio de 2021. Ahora, con su aprobación, la propuesta quedó en manos del Ejecutivo para que la promulgue como ley, según reporte del portal informativo Europa Press.
En las recientes elecciones presidenciales, realizadas en noviembre de 2021 y en las que ganó Gabriel Boric, la participación en la primera vuelta fue del 47,33 por ciento, mientras que en la segunda creció hasta los 55,64 puntos.
En cambio, en el referéndum constitucional, la participación fue de más del 80 por ciento, motivo por el cual ambas Cámaras del Congreso chileno defendieron la actual medida.
«Los buenos o malos políticos dependían de aquellos que no votaban porque la poca participación generó una crisis de institucionalidad y legitimidad de nuestras autoridades. Hoy podemos revertirlo. El plebiscito fue un buen indicador, donde participó más del 80 por ciento de las personas», aseveró el diputado del partido conservador, Renovación Nacional, Andrés Longton.
Asimismo, los defensores de la medida alegaron que este cambio permitirá resultados electorales más robustos, con más base y legitimidad. Además, según quienes estuvieron de acuerdo con la nueva determinación, el voto obligatorio permitirá formar políticos y funcionarios públicos más responsables, cerrando el paso al clientelismo con ideas simples y populistas.
