Pini Zahavi cumplió su misión. Lo suele hacer como pocos. El agente israelí consiguió que el deseo de uno de sus buques insignia, Robert Lewandowski, se hiciera realidad. Aunque para ello tuviera que poner patas arriba a un transatlántico como el Bayern. No importa. Sólo la felicidad de sus clientes. A fuego lento, Zahavi preparó y orquestó el desembarco del polaco en el Barcelona para su último gran reto. Le ilusionaba probarse en España y, de paso, rentabilizar su casa en Mallorca. Todo este trabajo, le rentabilizó una comisión de 10 millones de euros.
Dicho y hecho. Fue largo, pero nada se dejó al azar. Ni las apariciones públicas del delantero para fustigar al Bayern ni las filtraciones en Polonia. El Bayern fue puesto entre la espada y la pared y el martes en Múnich se dio un carpetazo amistoso al asunto con una foto del polaco y todos sus títulos con la elástica muniquesa. Y de regalo, champán para todos a costa del ariete.
Zahavi cuadró el círculo, uno más, pero no lo hizo gratis. Según The Athletic, el superagente se llevó una comisión de 10 millones como parte básica en el pase de Lewandowski al Barcelona. El montante hay que añadirlo a los 45 fijos más cinco en variables del traspaso que pagó el club catalán por el ariete de 33 años. Ahora le toca al jugador cumplir con su nuevo club. Al Bayern le costó tragar, pero la situación se tornó en insostenible, llevada con maestría una vez más por el temible israelí.
