Tras una temporada delicada por culpa de las lesiones, Sergio Ramos parece haber dejado atrás las continuas molestias que sufrió en su primer año en el PSG. El central, al que le resta un año de contrato, quiere demostrarle a Galtier en la pretemporada que puede ser un pilar fundamental en el nuevo proyecto del equipo parisino que ya ha echado a rodar. Los parisinos se estrenaron el miércoles en su gira por Japón con una insípida victoria de 2-1 contra el Kawasaki Frontale.
Sin embargo, a Ramos todavía le falta mucho rodaje para coger el ritmo oficial de competición. Si bien es cierto que el Tokio Stadium tenía una humedad altísima y unas condiciones climáticas poco propicias para disputar un partido de fútbol, el defensa fue uno de los jugadores que más sufrió en el primer tiempo del PSG. Con un Galtier que ha implantado un sistema de tres centrales con carrileros, Achraf y Nuno, que dejan desprotegidos a la línea defensiva por su afán de ir a presionar a campo rival, Ramos ahí sufre, ya que no dispone ni la velocidad ni el físico de sus mejores años en el Real Madrid. El defensa andaluz no pudo imponerse al extremo del Kawasaki Frontale, Marcinho, que tuvo tres situaciones claras de gol tras ganarle la espalda en velocidad.
De hecho, la prensa deportiva de París, que resalta el sistema de tres centrales de Galtier, también subraya los problemas de Ramos para poder alinearse con sus compañeros.
Que el PSG esté intentando fichar a Skriniar por una suma importante (ofrece 50, pero los Nerazzurri piden 70) puede anticiparse como un mensaje claro a Ramos en la titularidad. En un principio, los parisinos, principalmente Qatar, querían desprenderse de sus servicios, pero la intención del jugador de continuar y las pocas lesiones que ha tenido desde marzo han hecho cambiar de opinión a los dirigentes qatarís. De momento, el exjugador del Real Madrid está teniendo dificultades de adaptación a un sistema que apenas conoce. El sábado, contra el Urawa Reds, tendrá una nueva oportunidad de imponerse.