Steve Bannon, exasesor del expresidente Donald Trump, será el que se enfrente a la justicia en el caso de la insurrección del Capitolio el 6 de enero de 2021. El juicio comenzará la presente jornada y el cargo penal que enfrenta el acusado es desacato al Congreso tras negarse durante meses a cooperar con el comité de la Cámara de Representantes que investiga el suceso.
Bannon fue acusado por la Corte Federal de Washington por desafiar una citación para buscar en sus registros información sobre el incidente en el Capitolio, también se negó a declarar. Además, fue acusado en noviembre de dos cargos de desacato al Congreso; cada acusación conlleva un mínimo de 30 días a un año de cárcel.
El implicado en este caso afirmó que ahora sí está dispuesto a testificar, su abogado, Robert Costello, dijo que el cambio de postura de su cliente se debió a que Trump renunció a su privilegio ejecutivo de impedir el testimonio, según informó AP.
El exasesor fue uno de los principales aliados de Trump que se negó a testificar ante el comité, en ese tiempo manifestó que sus declaraciones estaban protegidas por el reclamo de privilegio ejecutivo del mandatario.
El privilegio ejecutivo en realidad no está estipulado en la Constitución estadounidense, pero es una convención legal consolidada periódicamente por todos los presidentes que tenían el afán de esconder los secretos que los legisladores querían sacar a la luz.
Trump se aferró a este recurso, incluso como expresidente, para bloquear el testimonio de los testigos y la publicación de documentos de la Casa Blanca.
En enero la Corte Suprema logró que los Archivos Nacionales cooperen con el comité después de que el juez de un Tribunal inferior señaló que “los Presidentes no son reyes”.
Además, el comité señaló que Trump despidió a Bannon de la Casa Blanca en 2017 y, por lo tanto, era un ciudadano privado cuando consultó con el entonces mandatario en el período previo a los disturbios de enero.
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