Al menos 71 millones de personas de todo el mundo han caído en situación de pobreza como consecuencia directa del alza de precios en los alimentos básicos y de la energía, a raíz de la invasión rusa sobre Ucrania que se inició el 24 de febrero, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La ONU percibe que en estos tres meses el impacto en términos de pobreza en países en desarrollo, ha sido más drástico que cuando estalló la pandemia del Covid-19. El efecto dominó de la guerra en Ucrania contribuye de forma significativa a la desigualdad global y aún no ha concluido.
El administrador del PNUD, Achim Steiner, advirtió este viernes de la subida «sin precedentes» de los precios de los alimentos provocando que muchas personas que ya viven al límite no puedan permitirse adquirir productos que antes sí compraban.
“La crisis, está empeorando las condiciones de millones de personas, a una velocidad vertiginosa», añadió.
De los 159 países analizados por la agencia, los expertos detectan especiales repercusiones en los Balcanes, la zona del mar Caspio y el África Subsahariana, especialmente en el Sahel, aunque no son las únicas. Así, también temen repercusiones en lugares tan lejanos como América Latina, con Haití como punta de lanza.
Al PNUD le preocupa hasta dónde puede llegar la espiral de pobreza si, por ejemplo, los países entran en recesión y aumentan los tipos de interés en respuesta a la inflación. Los países en desarrollo ya venían sufriendo este aumento de las tasas de interés y arrastran reservas fiscales agotadas y altos niveles de deuda.
Los expertos calculan que las transferencias en efectivo van principalmente al 40 por ciento más pobre de la población, mientras que el subsidio energético universal suele favorecer al 20 por ciento más rico.
/SVL