Fueron condenados a muerte, tres combatientes extranjeros quienes estaban unidos a las tropas de ucranianas en la guerra contra Rusia. Se trata de dos ciudadanos británicos y un marroquí que escucharon el veredicto con la cabeza rapada y metidos dentro de una jaula, tras ser acusados de “mercenarios”.
El Gobierno del Reino Unido calificó el proceso, que según autoridades prorrusas de Donbás se llevó a cabo en la zona rebelde de la provincia de Donetsk, de “farsa judicial” y pidió a los separatistas y a Rusia que respeten los derechos de los prisioneros bajo la Convención de Ginebra.
“El Tribunal Supremo de la República Popular de Donetsk condenó a muerte los británicos Aiden Aslin y Shaun Pinner de 28 años y al marroquí Brahim Saadoun (cuya edad es deconocida), acusados de participar en los combates como mercenarios”, según informó Agence France Presse (AFP).
Según un video publicado por los separatistas prorrusos, los acusados se abrían declarado culpables y posteriormente cambiaron su alegato, el abogado de uno de ellos informó que los tres recurrirán la sentencia.
Aslin, de 48 años, vive en Ucrania desde 2018 y prácticamente desde entonces estuvo en las fuerzas armadas, es lo que manifiestó su familia a los medios de comunicación.
“No es, contrariamente a la propaganda del Kremlin, un voluntario, un mercenario o un espía. Aiden estaba haciendo planes para su futuro fuera del Ejército, pero como todos los ucranios, su vida dio un vuelco por la invasión bárbara de Putin”, señalaron.
El 23 de mayo la justicia de Ucrania sentenció a cadena perpetua al primer soldado ruso juzgado por actos cometidos en la invasión lanzada el 24 de febrero.
La ministra de Exteriores británica, Liz Truss, condenó las sentencias de muerte impuestas por un tribunal de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), una entidad respaldada y controlada por Rusia.
Calificó el proceso a través de sus redes sociales, como una farsa judicial.
“Son prisioneros de guerra. Este es un juicio falso sin absolutamente ninguna legitimidad”, añadió Truss.
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, no tardó en pronunciarse.
“Obviamente estamos profundamente preocupados por esto. Lo dijimos de manera constante, que los prisioneros de guerra no deben ser explotados con fines políticos”, señaló un portavoz de Boris Johnson.
Hizo referencia a la Convención de Ginebra, que son tratados internacionales que contienen las principales normas destinadas a limitar la barbarie de la guerra. Protegen a las personas que no participan en las hostilidades (civiles, personal sanitario, miembros de organizaciones humanitarias).
“En virtud de la Convención de Ginebra, los prisioneros de guerra tienen derecho a inmunidad como combatientes y no deben ser procesados por su participación en hostilidades. Así que continuaremos trabajando con las autoridades ucranias para tratar de asegurar la liberación de cualquier ciudadano británico que estuviera sirviendo en las Fuerzas Armadas de Ucrania y que están detenidos como prisioneros de guerra”, aseveró.
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