Con una acusación a los empresarios de provocar una «crisis alimentaria» para socavar al Gobierno de Luis Arce y con miras a las elecciones generales de 2025, el viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva, se sumó a la trinchera de autoridades de Gobierno que rechazan el pedido de importar maíz transgénico ante la escasez que afronta Bolivia.
La autoridad, durante una entrevista con la cadena estatal, Bolivia Tv, recordó que en 2008 y 2009 hubo una «crisis alimentaria» supuestamente provocada por «empresarios productores».
«Ahí nace Emapa, con esa visión que tenía el expresidente Evo Morales (sobre) como podemos hacer contrapeso contra estos empresarios que monopolizan la producción de los alimentos» afirmó.
Desde entonces, según señaló, también se aprobaron normas de protección para garantizar la alimentación en Bolivia en el marco de una política de soberanía alimentaria.
«Desde esa época hemos sentido una serie de ataques de parte de un sector empresarial que está alineado a la derecha boliviana y que nunca han estado de acuerdo con el modelo boliviano económico (…), ellos apuestan al modelo económico neoliberal donde hacen desaparecer al Estado de la economía y son ellos, los empresarios, los que dominan, los que controlan, la economía del país y la economía del mercado» declaró Silva.
Asimismo, argumentó que a los «empresarios productores» no les gusta que Emapa «les haga competencia» aunque precisó que esa empresa es una garantía para que la población acceda a los alimentos y que supuestamente buscan la desaparición de los «pequeños productores».
Bolivia atraviesa una escasez del maíz del que depende la producción de insumos básicos como la carne de pollo y de cerdo debido a una baja producción, aunque el Gobierno niega ese extremo.
Para Silva, con el objetivo político que tendrían los empresarios, continuarán los ataques y una «arremetida permanente» de la «derecha boliviana a través de sus operadores empresarios de atacar el modelo económico y asfixiar al Gobierno a través de las crisis alimentarias».
El viceministro ratificó que la importación está «garantizada» pero siempre y cuando el maíz no sea transgénico porque significaría destrozar el medioambiente, pero principalmente significaría atentar contra la salud de los consumidores.
También se refirió a que hay estudios que dicen que los transgénicos provocan «reacciones alérgicas en el cuerpo, incluso provocan cáncer».
/MDCB