Las autoridades de Sri Lanka, una nación insular al Sur de la India, desplegaron miles de soldados y policías este martes para aplicar un “toque de queda” a nivel nacional después de la muerte de cinco personas en nuevas protestas por la actual crisis económica del país.
La violencia, terminó con casi 200 heridos, llevó a la dimisión del primer ministro Mahinda Rajapaksa, pero eso no sirvió para contener la indignación de los manifestantes, que trataron de irrumpir por la fuerza a su residencia oficial.
Tropas fuertemente armadas tuvieron que acudir al rescate porque los manifestantes cubrieron el acceso principal de su residencia en Colombo y trataban de entrar al edificio donde Rajapaksa, el hermano mayor del Presidente, y su familia se había refugiado.
“Tras una operación de madrugada, el exprimer Ministro y su familia fueron evacuados a un lugar seguro por el ejército”, señaló un alto responsable de seguridad. Además indicó que al menos diez “cócteles” molotov fueron lanzados al complejo.
El poder del clan Rajapaksa es inestable después de meses de apagones y escasez de productos en esta isla de 22 millones de habitantes al Sur de la India, que se enfrenta a su peor crisis económica desde la independencia en 1948.
A pesar de los múltiples llamados de dimisión, el Presidente Gotabaya Rajapaksa se mantiene en el cargo y controla las fuerzas de seguridad.
Tras semanas de protestas antigubernamentales mayoritariamente pacíficas, la violencia se apoderó de las calles de Colombo el lunes reciente, cuando seguidores de Mahinda Rajapaksa, atacaron a los manifestantes opositores con palos y garrotes.
“Nos pegaron, pegaron a los medios, pegaron a mujeres y niños”, manifestó un testigo a la AFP pidiendo no ser identificado.
La Policía disparó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a las masas y declaró un “toque de queda” inmediato en la capital que después se amplió a todo el país.
Las autoridades indicaron que se mantendrá hasta el miércoles por la mañana, entre tanto las oficinas públicas y privadas, tiendas y escuelas estarán cerradas.
REPRESALIAS
Aun así, los manifestantes desafiaron la determinación para tomar venganza contra los militantes progubernamentales. Decenas de casas de fieles a los Rajapaksa fueron quemadas, así como coches, autobuses o camiones en Colombo y sus alrededores.
En la residencia del primer Ministro, la Policía tuvo que lanzar bombas lacrimógenas y realizó disparos de advertencia hacia el cielo para contener a la muchedumbre que intentaba acceder al recinto.
/SVL