La falta de regulación en las empresas nacionales e internacionales hicieron muy difícil la situación laboral de los repartidores de productos y servicios a domicilio, y no hizo más que agravarse con las disposiciones impuestas por el Gobierno que individualizan a los trabajadores para que paguen impuestos.
De acuerdo con el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), no existe una figura laboral clara para la actividad que realizan los deliveries, por lo que es difícil estipular si los ejecutivos de estas empresas tienen responsabilidades sobre los operadores de logística y distribución o no, ya que son percibidos como cuentapropistas o trabajadores independientes.
El Ministerio de Trabajo en lugar de analizar la situación y esclarecer la figura laboral de estas personas, los agrupó en la categoría de “teletrabajadores”, lo que representaría un gran perjuicio para hacer prevalecer los derechos de los distribuidores, según informó la Agencia de Noticias Fides.
El Decreto Supremo 4218 y el “Protocolo de Bioseguridad para industrias de alimentos y de entrega” estipulan el trabajo como: “modalidad de relación laboral o de prestación de servicios, que consiste en el desempeño de actividades remuneradas, utilizando las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación)”.
El Servicio de Impuestos Nacionales, a través de una resolución normativa de directorio 1021/20, estableció que estos trabajadores deben sumarse al sistema de contribuyentes bajo el criterio de: “servicios de intermediación en la venta de bienes y servicios a través de medios digitales”.
Esta figura obligaría a los deliveries a tramitar su Número de Identificación Tributaria (NIT) para emitir factura como si se trataran de una empresa unipersonal.
Para los repartidores, pagar impuestos representaría una disminución considerable a sus ingresos; lo que se sumaría a otros problemas que ya enfrentan, como la reducción de sus ganancias debido al cambio de monetización en empresas como PedidosYa, quienes ahora solo calculan la distancia entre el comercio con el lugar de entrega.
“Se ven imposibilitados de pedir mejores condiciones laborales por la falta de normativa en el tipo de trabajo que desarrollan y la necesidad de organizarse está presente, a pesar de tener un vínculo laboral poco claro con las empresas. El desgaste físico ya no puede ser omitido, el promedio de 12 horas diarias que permanecen encima de la motocicleta, el peligro de circular en las avenidas y el riesgo a la inseguridad ciudadana provoca en ellos una incertidumbre latente sobre sus propias vidas”, señaló el Cedla en su Alerta Laboral 90.
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