Al Manchester City, le costó bastante lograr el pase a semifinales en la Champions League, con el empate logrado en el Metropolitano ante el Atlético de Madrid. El susto de quedar eliminado, le duró hasta el fin de semana, recibiendo tres goles en la primera mitad de la semifinal de la FA Cup contra el Liverpool (perdió 3-2).
En ese partido, faltaron Kyle Walker, Ilkay Gündogan y Kevin De Bruyne por molestias físicas. Surgieron dudas. Sobre todo en torno al belga, piedra angular del proyecto de Pep Guardiola. Un hombre importante en los partidos importantes, siempre y cuando no se lesione. Algo que viene sucediendo con demasiada regularidad para los intereses de los “ciudadanos”.
De Bruyne fue titular este miércoles por la noche, cuando el Manchester City volvió a tomar el liderato de la Premier League. En gran parte, gracias a la contribución de su número 17. Cada balón que le llegaba terminaba cobrando sentido y relevancia. Algo iba a pasar. Imparable en carrera, se le echaron dos rivales encima cuando arrancó hacia la meta en la jugada del primer gol, y ni así.
Relajó el ambiente, que se volvía frustrante. Calmó los ánimos a la vez que dio motivos para la celebración. No hay dudas sobre su condición física, y al final logró su asistencia con un primer toque delicioso para habilitar a Bernardo en el área en el tercer y último gol de la noche. Ante el Madrid, en Champions League, será sin duda la mayor inquietud de este equipo inglés.
Se ganó la ovación del Etihad Stadium, en pie, cuando fue sustituido por Gabriel Jesús en los últimos minutos. Kevin De Bruyne se ha ganado a su afición en 300 partidos, pero también a rivales, periodistas y aficionados propios y ajenos. No en vano, él guarda la llave maestra que abre todo tipo de defensas. La custodia. Por eso el City lo necesita sobre el césped.