Ratificando que opera como una empresa estratégica encargada de la seguridad y soberanía alimentaria, la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) garantizó el abastecimiento de aproximadamente 100 mil toneladas de maíz al sector productivo de aves, porcinos y vacunos.
El gerente General de Emapa, Franklin Flores señaló que desde la creación de esta entidad, trabaja en el abastecimiento de maíz, trigo, arroz y recientemente quinua, además de apoyar al sector primario con semillas, fertilizantes e insumos para que puedan producir en mayores cantidades.
Asimismo, destacó que se incrementó el número de compradores en relación al 2021, ya que en el sector avícola había 228 productores y ahora hay 461; en el sector porcino de 54 subió a 100 compradores, y en el sector bovino de 166 subió a 429, reportó la red Erbol.
Incentivo a la producción
Según Flores, el 2021 se incentivó la producción de 23.735 hectáreas con la participación de 1.256 productores. La producción fue comprada por Emapa para ser almacenada en los silos que tiene en distintos lugares del país.
Respecto al caso del maíz, afirmó que la empresa subvenciona con el 15 por ciento sobre el costo comercial, presuntamente en beneficio de los productores.
Finalmente, anunció que, por primera vez, Emapa ingresará en la mecanización de la producción en el Norte paceño, donde se cosechará 1.800 toneladas de maíz en San Buenaventura, Ixiamas, Apolo, Palos Blanco y otros municipios aledaños.
Precio de la harina
En marzo de este año, el precio del quintal de harina subió de 165 a 210 bolivianos, generando disgustos en la población y panificadores.
El presidente de la Asociación de Industriales Molineros (ADIM), Carlos Gutiérrez, resaltó que Bolivia importa bastante harina de trigo y eso tiene un impacto directo en los precios del mercado.
“La harina ya subió de precio, hay un aumento constante. Hace un mes estaba en 165 bolivianos el quintal, pero ahora está en 210 bolivianos, en promedio”, sostuvo en contacto con Página Siete.
Al respecto, Emapa aseguró que llega a la industria panificadora del Occidente, por lo que se garantiza el precio del pan.
Gutiérrez señaló que el incremento en el precio de la harina afecta directamente a las pastelerías, mercados marginales de pan, los cuales no acceden a la harina de Emapa, lo cual podría derivar en un impacto en la industria de fideos y pastas.
Un 70% de la harina que se consume en el país proviene principalmente de Argentina y un 30% de la oferta nacional, reportó el diario Los Tiempos.
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