“Nuestra casa ya no existe”, fueron las palabras de una de las víctimas de este ataque que dejó siete muertos en la región de Kharkiv, al Noreste de Ucrania, el hecho ocurrió en las 24 horas recientes, según informó el gobernador de la ciudad, Oleg Synegubov.
“(Al menos) 22 civiles, entre ellos tres niños, han resultado heridos durante los bombardeos de la región. Siete personas han muerto. Un niño de dos años herido por los bombardeos de hace unos días ha muerto en el hospital”, dijo Synegubov, en redes sociales.
Estos proyectiles rusos impactaron en una residencial cerca del aeropuerto de Kharkiv, causando también un incendio en una escuela de formación profesional y dañaron varios edificios cercanos.
Los bomberos trabajaron arduamente para que el fuego no se expandiera.
Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, sufrió algunos de los bombardeos más intensos desde que comenzó la invasión rusa el 24 de febrero.
El número de civiles muertos o heridos habría sido mucho menor, de acuerdo al informe de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y añadió que Rusia debe respetar sus obligaciones internacionales.
Los datos presentados en la reunión del Consejo permanente de la OSCE, consta de 110 páginas, señala los daños y la destrucción de casas, hospitales, escuelas, estaciones de agua y otras infraestructuras.
“Sin embargo, la misión encontró claros patrones de violaciones del derecho internacional humanitario por las fuerzas rusas en su conducción de las hostilidades”, indicaba el documento.
Los asesinatos selectivos, las desapariciones, los secuestros de civiles entre otras atrocidades, para los autores del informe son suficientes para considerarse crímenes contra la humanidad.
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