En medio de una gran tensión social y una enorme crisis de autoridad gubernamental, el Congreso del Perú aprobó la presente jornada una exhortación al Presidente Pedro Castillo a renunciar a su cargo.
Con 61 votos a favor, 43 en contra y una abstención, los legisladores dieron luz verde a la moción presentada por la parlamentaria de la bancada de Avanza País, Rosselli Amuruz, quien pidió al mandatario renunciar a su cargo debido a la crisis política que atraviesa Perú en los meses recientes y que se hizo mucho más evidente los días precedentes.
En sus argumentos, la congresista consideró en su moción que Pedro Castillo demostró total ineficiencia e irresponsabilidad en el manejo de asuntos de Estado, y llevó al país en poco tiempo al estancamiento económico e inflación al mismo tiempo.
“El desgobierno está mereciendo el rechazo de la población nacional, demostrado en diversas manifestaciones sociales en todo el territorio nacional, con el riesgo de llegar a niveles graves de convulsión social que perjudicarían más la salud política, social y económica de la República”, se lee en la moción.
Durante el debate, los cruces entre los grupos oficialistas y opositores fueron evidentes; los parlamentarios de Perú Libre insistieron en que grupos de derecha intentaron vacar al mandatario haciendo uso de manifestaciones violentas, según publicó Infórmate Perú.
La representante en el Congreso del Partido Morado, Flor Pablo, aclaró que está a favor de que Castillo renuncie, pero consideró que la moción de exhortación presentada por la legisladora Rosselli Amuruz del partido ultraderechista Avanza País, es un “saludo a la bandera”.
“Tenemos mecanismos más efectivos de control político como la interpelación al premier, pero algunos deciden no apoyarla. Ese es el contrasentido del Congreso”, publicó en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, la moción aprobada por el Congreso es solo una “exhortación”, lo que significa que el documento no es vinculante, por lo tanto, el Presidente Pedro Castillo no está obligado a renunciar a su cargo; se trata de un gesto político sin efecto real.
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