Por su invasión de la vecina Ucrania, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó este miércoles al mandatario ruso, Vladimir Putin, de «criminal de guerra». Al respecto, el Kremlin consideró esas palabras como una “retórica inadmisible”.
Biden se pronunció al finalizar un evento en la Casa Blanca, dedicado a la lucha contra la violencia doméstica.
«Creo que es un criminal de guerra», aseveró.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, sostuvo que Biden estaba «hablando con el corazón», luego de observar imágenes de acciones “bárbaras” de lo que denominó un “dictador brutal”, refiriéndose a Putin.
«Un procedimiento jurídico (estaba) todavía en curso en el Departamento de Estado, con respecto a una calificación legal de crímenes de guerra (cometidos por Rusia en Ucrania), manifestó.
Al margen de las palabras, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, que investiga denuncias de crímenes de guerra en Ucrania, visitó ese país y habló este miércoles por videoconferencia con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
“Crimen de guerra”
Hasta el momento, ningún funcionario estadounidense utilizó públicamente los términos «criminal de guerra» o «crímenes de guerra», en comparación a otros estados u organizaciones internacionales, reportó la agencia de noticias AFP.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, manifestó que para Moscú, la definición de Biden para referirse a Putin es inaceptable.
«Consideramos inadmisible e inexcusable esta retórica del jefe del Estado cuyas bombas provocaron la muerte de cientos de miles de personas en todo el mundo», subrayó.
En días precedentes, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, calificó como un «atroz crimen de guerra» el bombardeo ruso de un complejo que albergaba un hospital de maternidad y un hospital pediátrico en Mariupol.
«Lo que ya hemos visto del régimen de Putin con respecto al uso de municiones lanzadas sobre civiles inocentes, esto ya constituye en mi opinión un crimen de guerra», manifestó el primer ministro británico, Boris Johnson.
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