Entre los múltiples efectos en la economía global debido a los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania, uno de ellos es el incremento del precio de los fertilizantes, como la urea. Reportes de medios especializados, como Forbes y Bloomberg, refieren que el costo del insumo superará la barrera de los mil dólares la tonelada.
De acuerdo a los especialistas consultados indicaron que Bolivia puede “aprovechar” esta situación e incrementar la producción del fertilizante dado que la planta, ubicada en Bulo Bulo, solo opera hasta en un 66 por ciento de su capacidad instalada.
Según reporte de Forbes a nivel internacional, el precio de la urea está por arriba de los 900 dólares por tonelada y el amoniaco vale 1.500 dólares, ambos producidos en Bolivia, según reporte de El Deber.
De esa manera, Bloomberg informó también que Brasil busca nuevos mercados para abastecerse, mientras en Argentina los productores alertan sobre pérdidas multimillonarias por la falta de fertilizantes. Estos productos suben de precio desde 2021 y la crisis se acentúa por la guerra en Ucrania.
Asimismo, el exministro de Hidrocarburos, Álvaro, Ríos declaró que, con la planta de urea, que trabaja a una buena capacidad, el país podrá aprovechar precios altos, lo que daría buenos márgenes de ingresos.
Señaló también que todas las desventajas operativas que tiene el complejo como su ubicación, el costo de transporte elevado queda en un segundo plano cuando el precio está en 900 dólares y con indicios de seguir aumentando.
En enero de este año, el vicepresidente nacional de operaciones, Omar Alarcón reveló que en promedio la producción de la planta de urea era de 1.400 toneladas diarias. Esto equivale a un 66,6 por ciento de la capacidad instalada de esta industria, que es de 2.100 toneladas.
En 2019 la operación de la industria fue paralizada antes de la renuncia del expresidente Evo Morales y se mantuvo así durante el 2020. Su reinicio de operaciones se suscitó en septiembre del 2021.
En ese entonces, el actual Gobierno acusó a la gestión de Jeanine Añez de pausar a propósito el complejo y generar un daño económico para el Estado de más de 450 millones de dólares.
Pero desde su reapertura las denuncias de malos manejos quedaron en varios reportes realizados por medios nacionales, en base a documentos oficiales y el testimonio de técnicos de la Yacimientos, quienes pidieron la reserva de sus nombres. Todo esto fue negado por la estatal.
Mediante un informe aseguraron que la industria generó ingresos por 60 millones de dólares. Eso sí, no aclaró a cuánto ascendió la rentabilidad. Este dato aún sigue en la incógnita.
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