Zlatan Ibrahimovic concedió una larga entrevista al ‘Corriere della Sera’ para promocionar su nuevo libro, «Adrenalina», que saldrá a la venta este jueves. El sueco, como siempre cuando habla, dejó frases que causarán polémica y que habrá que añadir a la enorme lista de sus citas: «No creo en Dios, solo creo en mí mismo. Cuando estás muerto, estás muerto. No sé ni si quiero un funeral o una tumba, un sitio donde la gente que me quiso sufra». Habló de su infancia complicada en Suecia y, obviamente, de mucho fútbol.
Infancia: «Siempre sufrí. En cuanto nací, la enfermera me hizo caer desde un metro de altura. En el colegio era distinto: todos rubios, yo oscuro y con la nariz grande. Siempre me odiaron. Con las chicas era muy tímido, me apuntaba lo que tenía que decir: penoso. Hice el amor por primera vez con 17 años, cuando salí del gueto de Malmoe».
Capello: «Me hizo pensar solo en el gol, me aniquilaba todo el rato. Cuando llegué, lo encontré leyendo la Gazzetta, le dije «buenos días» y ni me miró. Luego se levantó, cerró el periódico y se fue sin decir una palabra».
Moggi: «Conmigo ha sido el top, y esos dos scudetti que le quitaron a la Juve los hemos ganado. Nadie puede cancelar el sudor, el trabajo, el sufrimiento, los goles. Cuando dicen que gané 11 ligas, yo contesto que son 13».
Berlusconi: «Era demasiado simpático. Un domingo estábamos en San Siro y me pidió cambiar de sitio porque iba a llegar ‘alguien muy importante’. Pensé que era un político, y en cambio era una mujer hermosa. Berlusconi me hizo un guiño: ‘persona muy importante…’. Para él era de verdad, quizás».
Mihajlovic: «Peleábamos en el césped, ahora me llama ‘hijo mío’. Cuando tuvo la misma enfermedad de mi hermano Sapko, estuve a punto de fichar por el Bolonia por él».
Materazzi: «Con sus entradas quería hacer daño, y los futbolistas entendemos enseguida si quieres eso o solo ser duro como Chiellini, Stam o Maldini. Tenía una cuenta pendiente y la pagó en un derbi. Hizo una entrada con los pies levantados, yo lo evité y lo golpeé con un codazo. Inzaghi comentó: ‘El mejor derbi de mi vida: 1-0, gol de Ibra, Materazzi en el hospital’. Era broma, obviamente».
Lukaku: «Me atacó a nivel personal, un shock. Habíamos sido compañeros… Nunca aceptó la apuesta de las 50 libras por cada control fallado. Tiene un gran ego, pero yo crecí en el gueto y si alguien golpea, contesto. Así le hice daño donde más le duele: los rituales de la madre, y perdió el control. Me queda una duda: ese derbi lo perdimos y yo, después, me lesioné. ¿Y si lo del vudú fuera verdad? Tengo una cuenta pendiente también con él. A ver si nos vemos pronto, en el campo. Pero no odio a nadie, y a él tampoco».
Messi o Cristiano: «Digo Messi, porque jugamos juntos. Teníamos una relación profesional, pero el Balón de Oro de este año lo merecía Lewandowski. ¿El mejor de la historia? Ronaldo Nazario. De pequeño le imitaba».
Maradona: «Es un mito, tras ver un documental decidí irme a Nápoles para ganar el scudetto como él. Estaba todo hecho, pero De Laurentiis echó a Ancelotti. Así que le dije a Raiola: ¿qué equipo está peor? El Milan había perdido 5-0 ante el Atalanta. ‘Decidido, allá vamos…».
Mbappé: «Le aconsejé irse al Real Madrid, es verdad. Necesita un ambiente más estructurado, como el de los blancos. Sin embargo, después le dije al presidente del PSG que no debía venderle…».