Tras la muerte de una beba de nueve meses y otros dos migrantes que perdieron la vida el fin de semana reciente mientras cruzaban la inhóspita frontera entre Chile y Bolivia, la cifra de fallecimientos en la zona se eleva a 15 personas.
El hecho ocurrió en la localidad boliviana de Pisiga, cuando la madre tropezó y la niña cayó de sus brazos sufriendo un fuerte golpe contra el suelo, perdiendo el conocimiento. Al no encontrar ayuda médica, la mujer tomó a la beba y cruzó a pie tres kilómetros por la frontera hasta el poblado chileno de Colchane, donde médicos atendieron a la menor, reportó el diario digital Infobae.
“Constatamos inmediatamente que no tiene signos vitales, procedemos a las maniobras de reanimación las cuales fueron infructuosas. No se pudo lograr canalizar una vía debido a que la menor presentaba una deshidratación severa”, señaló el galeno del centro médico de la localidad de Colchane, Guillermo Tapia.
Sin embargo, dos migrantes también murieron en esta zona andina a más de 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar con temperaturas extremas y que se ha convertido en pasados meses en ruta habitual para que extranjeros lleguen a Chile de manera irregular.
“Siento una enorme pena por esta muerte que, sin duda, remece a todos. Sin embargo, es de suma urgencia atender este fenómeno migratorio con seriedad y responsabilidad de Estado, ya que, en estos hace tres nuestra comuna registró tres migrantes fallecidos”, expresó el alcalde de Colchane, Javier García.
Ni la pandemia del Covid-19 ni la crisis social que se extendió durante más de un año en 2019, han alejado el deseo de migrar a Chile, uno de los países más atractivos dentro de América Latina por su estabilidad política y económica.
Después de un pico de entradas en febrero, la crisis se ha agudizado hace días pasados con cientos de extranjeros vagando por distintas localidades y el Gobierno chileno anunció la construcción de varios albergues para atender la crisis.
Con el objetivo de frenar la entrada ilegal, el presidente chileno, Sebastián Piñera, promulgó en abril una nueva ley de migración más estricta que obliga a los extranjeros a obtener visados en sus países de origen y permite las deportaciones.
Desde entonces han sido expulsados al menos en cinco vuelos chárter más de medio millar de personas de distintas nacionalidades.
En Chile hay 1,4 millones de migrantes, lo que equivale a más del siete por ciento de la población, y los venezolanos son los más numerosos, seguidos de peruanos, haitianos y colombianos.
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