Durante la 48º sesión ordinaria de Derechos Humanos, al margen de la 76º Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) realizada este viernes, la comunidad internacional culpó a la ONU por la violación de los derechos humanos en Venezuela cuando se debatió sobre la situación que está atravesando ese país.
Los países que intervinieron, expresaron su desacuerdo y preocupación que realiza el Gobierno de Nicolás Maduro.
La mayoría de las naciones que estuvieron presentes en la sesión, citó el informe de la Misión Internacional Independiente de Determinaciones de los Hechos concluyendo que la justicia chavista facilitó la persecución y tortura a los opositores.
El representante del Gobierno de Uruguay, expresó su preocupación sobre la justicia que vive la población venezolana y sobre la falta de respuestas en las violaciones de los derechos humanos.
Por su parte, Chile afirmó que la forma para que Venezuela salga de esta esta crisis es a través de población venezolana.
“Nuestro gobierno mantiene su preocupación por la violación a los derechos humanos. Nuestro país sostiene que la salida a la crisis debe provenir de los propios venezolanos. Destacamos los acuerdos alcanzados en los diálogos en México”, dijo el representante.
En nombre de la Unión Europea, Portugal señaló que el Gobierno de Maduro tiene que detener las violaciones de los derechos humanos contra su población.
“Un llamado al Gobierno de Venezuela para que cese con el ataque a los derechos humanos y que colabore. Nos congratula el diálogo”, aseveró.
El informe de la misión de la ONU en Venezuela
La Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre Venezuela llegó a las conclusiones que el gobierno de Maduro no ha adoptado medidas tangibles, concretas y progresivas para remediar las violaciones a los derechos humanos.
Se detalló que cómo las deficiencias del sistema de justicia han ido de un patrón de graves violaciones de derechos humanos y crímenes de derecho internacional en el contexto de una política de Estado para silenciar, desalentar y sofocar a la oposición al Gobierno desde 2014.
Venezuela vive una crisis social y económica que según la ONU obligó a más de seis millones de personas a abandonar ese país en los años pasados.
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