Imar Antezana logró liberar diferentes emociones de los asistentes durante la sesión grupal de hipnoterapia. Anoche, algunos durmieron, otros lloraron y hay quienes hasta olvidaron su nombre.
Crédulos e incrédulos de la hipnosis cruzaron por la puerta del salón El Dorado desde las 18:00 horas. Algunos se acomodaron de inmediato en las sillas blancas que daban de frente con largas telas de diferentes colores que estaban de fondo de escenario.
La música de fondo, daba la antesala de la presentación del show de hipnoterapia. El anfitrión entonces, se presentó y comenzó con la actividad.
“Ha sido un cúmulo de cosas que en realidad no me lo esperaba por el hecho de que la gente llegó primero con escepticismo y luego se dejó llevar. El objetivo de esta terapia grupal era terapéutico”, manifestó.
Reacciones
Conforme pasaron los minutos, Antezana pidió voluntarios del auditorio, como muestra de su trabajo. De tres voluntarios, uno por uno comenzó a estimularlos y sugestionarlos.
Uno de los voluntarios olvidó su nombre ante la instrucción correspondiente y una de ellas, lloró como parte de su proceso de sanación.
“Se puede hacer muchas cosas con la hipnosis, travesuras y más, pero en esta ocasión el fin era terapéutico, desestresar, sacar el dolor interno y reencontrarse con algunas personas. A veces la gente llora, porque necesita sacar su dolor”, resaltó el hipnoterapeuta.
Asistentes
Luego de tres demostraciones individuales, comenzó la sesión grupal. Sentados en las sillas blancas, cada persona asumió una postura relajada y con previa concentración, el hipnoterapeuta comenzó a dar las instrucciones, advirtiendo que algunos dormirían y otros sólo se relajarían.
Repentinamente, varios se dejaron llevar y terminaron en la fase de sueño, al concluir, las opiniones fueron diversas, con un común denominador, de que fue relajante.
Ayde Alarcón
“Yo he dormido, solamente le escuchaba, pero quería despertar y no se podía, me he quedado quieta. Al principio yo no quería venir pero mi hijo me ha traído, al final ha sido muy relajante para mí”.
Richard Flores
“Fue impresionante ver como se olvidaban y todo. Ya en la sesión grupal al principio me estaba durmiendo, pero escuche un ruido y me desconcentré. Pero me pareció una buena experiencia”.
Trayectoria
Imar Antezana comenzó su interés por la hipnosis desde muy pequeño; aseguró que hace varios años, ese interés resurgió por lo que comenzó la consulta de libros y material audiovisual. Posteriormente, estudió en la escuela de Luis Fernando López de Guatemala.
