Lino Peña Vaca de 78 años, falleció la pasada jornada en un hospital de la ciudad de Santa Cruz, debido a la complicación en su estado de salud por los golpes que recibió en el enfrentamiento del 5 de julio, entre interculturales e indígenas del municipio de San Ignacio de Velasco.
El líder cívico de San Ignacio de Velasco, Dino Franco, explicó que las heridas de la víctima se complicaron. Terminó con el pulmón afectado a causa de una fractura en las costillas que derivó en una neumonía y luego, en una septisemia, por lo que se decidió trasladarlo a la capital cruceña, donde falleció lejos de su tierra natal.
«Lamentamos el fallecimiento del comunarios Lino Peña Vaca luego de los enfrentamientos que se suscitaron en la comunidad de Eben Ezer por los avasallamientos que ocurrieron por la gente ajena de la comunidad Jerusalén III», informó el cívico.
La diputada María René Álvarez, responsabilizó de este hecho al director nacional del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), Eulogio Nuñez, porque no se pronunció hasta el momento sobre estas irregularidades, reportó la agencia de información Fides.
«Hago responsable al Director Nacional del INRA porque hasta la fecha no se pronuncia acerca de todas las denuncias de avasallamientos que hemos hecho. Lo apunto como responsable de la primera muerte. ¿Cuántos muertos están esperando para reaccionar?», cuestionó la legisladora.
Antecedentes
El hecho ocurrió a principios de julio cuando miembros de la comunidad Jerusalén III “fueron a reclamar su territorio”, lugar en el que residen indígenas chiquitanos de Eben Ezer desde hace 20 años.
Los problemas surgieron después de que el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) dotará la tierra de los indígenas del Oriente boliviano a los interculturales afín al Movimiento al Socialismo (MAS).
Dino Franco recordó que los chiquitanos viven y trabajan en la comunidad Eben Ezer desde hace 20 años y que en 2016 solicitaron al INRA que les asigne esos predios, pero dos años después el ente agrario les indicó que se entregaron tierras en otro lugar, en San José de Campamento de Alto Paraguá, a 200 kilómetros de donde viven. Y ese predio que habitan por años, se lo dio a los interculturales, quienes le han puesto por nombre Jerusalén III.
