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Jóvenes indígenas y campesinos del Beni ganan premio internacional por resolver incendios forestales

Los 63 jóvenes de las comunidades campesinas del Beni que ganaron el premio internacional / LA REGIÓN
La Asociación de Jóvenes Reforestadores en Acción (Ajora) de Riberalta del departamento del Beni ganó el “Premio Ecuatorial 2021” por su trabajo para resolver incendios forestales en su territorio.

La Asociación de Jóvenes Reforestadores en Acción (Ajora) de Riberalta del departamento del Beni ganó el “Premio Ecuatorial 2021” por su trabajo para resolver incendios forestales en su territorio. El reconocimiento lo entregó el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Los 63 jóvenes de las comunidades campesinas benianas Nazareth, San Ariel, Bella Flor, Medio Monte y San Juan del Urucú, así como la comunidad indígena tacana Carmen Alto, obtuvieron uno de los diez galardones.

Sus actividades tradicionales, prevención de incendios y restauración de áreas degradas les permitieron generar modelos agroforestales sostenibles para revertir la pérdida y degradación de sus territorios comunales en la Amazonia boliviana.

Para la organización, con estas acciones, la Ajora brinda esperanzas a otros jóvenes, en un momento en que el mundo enfrenta una crisis planetaria sin precedentes, debido al cambio climático y la degradación ambiental.

El administrador del PNUD, Achim Steiner señaló que los ganadores del Premio Ecuatorial demuestran que esta transformación ya se está produciendo en todo el mundo. Sus increíbles soluciones basadas en la naturaleza proporcionan un modelo para resolver la emergencia planetaria.

“Los ganadores de este año ejemplifican el tipo de cambios que necesitamos ahora, y nos inspiran a seguir sus pasos”, expresó.

La Ajora fue seleccionada entre más de 600 nominados de 126 países. Se postuló a cooperativas que comercializan frutas cosechadas de forma sostenible y cultivos orgánicos como alternativa a la tala y la caza furtiva en reservas forestales.

La Ajora es un grupo indígena que lucha por proteger su territorio ancestral de la explotación petrolera; una organización local que protege ecosistemas de humedales críticos, ayudando a mitigar los efectos adversos del cambio climático y salvaguardando las fuentes de agua para cientos de comunidades.

Los incendios forestales marcó la vida de los ganadores

En años anteriores, el territorio de estos jóvenes fue afectado por incendios forestales, con desastrosos efectos para la flora y fauna. Se quemaron grandes extensiones de bosques y con ello, valiosos árboles maderables así como la castaña, que solía ser la principal fuente de ingresos de las familias locales.

El fuego también arrasó con algunas viviendas y cultivos agrícolas, dejando atrás suelos degradados que en muchos casos fueron colonizados por sujo (suciedad), un pasto invasivo que no solamente inhibe la regeneración del bosque.

Esta situación adversa provocó una reflexión profunda sobre el futuro poco alentador que les esperaba a estos muchachos si no hacían algo para revertir las tendencias de la degradación ambiental.

Con el apoyo del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca) se organizaron y diseñaron una estrategia que combina actividades productivas con acciones enfocadas en la protección y recuperación de los recursos naturales.

Entre las actividades, se capacitaron en combate de incendios e implementaron fajas de seguridad para reducir el riesgo de que el fuego ingrese a las áreas boscosas y de cultivo.

Asimismo, implementaron sistemas agroforestales donde cultivan frutales como el cacao, el copoazú y cítricos, además de especies maderables y medicinales.

En cuanto a restauración de áreas degradadas, iniciaron prácticas agroforestales que permiten acelerar procesos de regeneración natural del bosque, como la siembra de leguminosas, la canavalia, la arveja y el pacay, que permiten reducir la suciedad y mejorar los suelos. Una forma muy concreta de asegurar que en el futuro hay mayores opciones económicas.

Debido a que uno de los problemas de los incendios es la reducción de especies polinizadoras, empezaron a criar abejas, tanto melíferas como especies nativas. En años anteriores esto les permitió acceder a proyectos para mejorar y aumentar su producción de miel.

/AAC/


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