El arresto de un médico de 63 años, quien reside en Florida desde hace más de dos décadas, como sospechoso «central» en el ataque armado que costó la vida del Presidente de Haití, Jovenel Moïse, fue anunciado la jornada anterior por autoridades haitianas.
El aprehendido, Christian Emmanuel Sanon, de 63 años y nacido en Haití, aspiraba a ocupar el cargo de Presidente del país, según informó durante una rueda de prensa el jefe de la Policía Nacional, León Charles.
«Vino en junio en un avión privado con objetivos políticos y contactó con una empresa de seguridad privada para reclutar a las personas que realizaron el acto», explicó el jefe policial.
Charles detalló que se trata de la empresa venezolana CTU (Unidad Anti Terrorista, traducida al español), con sede en Estados Unidos, según reporte de The New York Times.
Según la Policía, existen otros dos autores intelectuales involucrados, pero sus identidades aún son un misterio.
La entidad policial registró la casa de Sanon y encontró una gorra de la agencia antidrogas estadounidense DEA (Administración de Control de Drogas traducido al español), dos vehículos, 20 cajas de cartuchos, 24 blancos no usados y cuatro matrículas de la República Dominicana.
La madrugada en la que ocurrió el ataque en la residencia privada de Moïse en Puerto Príncipe, uno de los atacantes gritó que eran parte de una operación de la DEA, lo que fue después desmentido por la agencia antidroga.
Capturados
Sanon es el tercer haitiano arrestado por el caso, quienes se suman a otros 18 colombianos acusados de formar parte del comando supuestamente responsable del ataque a la residencia del mandatario el miércoles 7 de julio.
Al interrogarlos, la Policía haitiana supo que Sanon reclutó a 26 miembros mediante una empresa de seguridad venezolana con sede en Florida, denominada CTU.
El Gobierno venezolano de Nicolás Maduro, reveló este fin de semana que la compañía es propiedad de Antonio Intriago, un venezolano al que vinculan con la oposición.
La complejidad del caso aumenta, debido a que lazos involucran presuntamente a varios países, y la vaguedad de las explicaciones policiales está “despertando” sospechas en un país sometido a una tensión política y social máxima.
Expertos cuestionan cómo los asaltantes consiguieron atravesar un recinto de la más alta seguridad defendido por las fuerzas de seguridad haitianas sin que hubiera más muertos en el enfrentamiento.
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