Los niños y jóvenes lustrabotas, tras recibir con mucha felicidad un plato de comida, frazadas e insumos de bioseguridad por la pandemia del Covid-19 por el Gobierno Autónomo Municipal de Oruro (GAMO), se unieron al pedido de un comedor al alcalde Adhemar Wilcarani.
A tiempo de agradecer el gesto solidario del alcalde, quien, al ver las condiciones de vida de los niños y jóvenes lustrabotas, especialmente en medio del crudo invierno y la pandemia, decidió reconocer su trabajo con un almuerzo.
Uno de los representantes del sector, expresó los difíciles momentos por los que atraviesa esta población vulnerable.
“Yo agradezco al alcalde que se acuerde de nosotros que trabajamos día tras día, desde tempranas horas hasta la tarde, nosotros estamos muy agradecidos con nuestro alcalde que se recuerda de nosotros”, expresó Wilson.
El joven recordó que los lustrabotas no tienen un sueldo fijo, por lo que viven del día a día, ganando algunos centavos por cada límpida, pero en esta época de pandemia, hay jornadas en las que el monto ganado no alcanza para subsistir.
“Como sabrán trabajamos día tras día y también con lo que trabajamos a veces hacemos poco o harto, no se puede tener un sueldo fijo, peor a veces cuando tenemos suerte llegamos a los 70 o 80 bolivianos, a veces cuando no hay, con 20 y no se puede con eso sobrevivir”, indicó.
En esa línea, Wilson pidió al alcalde a nombre de sus compañeros, la implementación de un comedor, toda vez de los niños y jóvenes lustrabotas no tienen un lugar para almorzar.
Asimismo, pidió que se vea por todos los niños trabajadores, como los que venden dulces y los que limpian parabrisas, ya que también tienen varias necesidades y día tras día trabajan para llevar el pan a sus casas, “yo estoy muy agradecido y gracias espero que esta no sea la primera ni la última vez”.
Historias
Cristina junto a su hijo Arturo, trabajan desde hace varios años en el rubro, lustrando los zapatos de la gente que transita por el popular Mercado “Bolívar”, pero pese a lo concurrido de dicho centro de abasto, ambos mencionaron que, en la zona, “a veces hay y a veces no hay trabajo”.
“Necesitamos que nos ayuden con víveres, con un trabajo seguro, que nos den un trabajo seguro a nosotros, porque a veces no tenemos puesto fijo y nos votan, por eso queremos un puesto fijo que nos dé el alcalde”, indicó Cristina.
Asimismo, pidió al alcalde que “nos ayude y que no se olvide de nosotros”, mencionando que un comedor les seria de mucha ayuda.
Claudio, un joven lustrabotas que trabaja en la Plaza Manuel de Castro y Padilla de Oruro, manifestó su agradecimiento por la ayuda del alcalde, pero como sus otros compañeros, también pidió la habitación de un comedor para que puedan almorzar.
Vladimir, un pequeño de tan solo ocho años, relató que se dedica al oficio de lustrar botas desde el año pasado, algo que con el tiempo le llegó a gustar, sin embargo, desearía una mejor atención de las autoridades y un cuaderno para escribir.
El pequeño Vladimir inicia sus jornadas desde muy tempranas horas del día, desplazándose por varias calles de la ciudad para lustrar y sacar brillo a los zapatos de la población, acción que lo agota y le provoca hambre, sin embargo, aseguro que “la gente me trata bien”.
