Un cazador furtivo de rinocerontes tras ser perseguido por una manada de elefantes guardianes del Parque Nacional de Sudáfrica murió arrollado el fin semana. No pasó mucho para que el hombre perdiera la vida debajo de las pisadas de los mamíferos que acabaron con él sin esfuerzo.
Las áreas naturales protegidas de África están gravemente amenazadas por la presencia de cazadores furtivos quienes, promovidos por un mercado negro activo, buscan a ciertas especies en peligro de extinción para ser cazadas.
El presunto cazador furtivo que murió en Sudáfrica a causa de los elefantes enfurecidos tenía en sus propósitos conseguir cuernos de rinoceronte.
Los guardabosques se dieron cuenta que una manada de elefantes habían terminado el trabajo por ellos.
De los tres cazadores furtivos localizados, uno murió, otro fugó y el último está bajo custodia. Según las autoridades, los tres venían armados con rifles y hachas.
El Parque Nacional Kruger de Sudáfrica se precia por tener algunas de las poblaciones más nutridas de rinocerontes y elefantes africanos de todo el continente.
Por eso, es un punto de interés para diversos grupos criminales que venden piezas de cadáveres en Asia como afrodisiacos.
De acuerdo a medios locales la demanda en Asia por estos recursos es “insaciable“, ya que se utilizan con fines medicinales tradicionales, afrodisiacos, o estimulantes sexuales.
Sudáfrica acoge aproximadamente el 80 por ciento de la población mundial de rinocerontes restantes.
La mayor parte de ellos viven en el Parque Nacional Kruger, donde tienen un espacio abierto para vivir en libertad controlada.
Pocos son los casos de éxito en los que los cazadores son atrapados antes de causar estragos.
Isaac Phaahla portavoz de Parques Nacionales de Sudáfrica (SANParks), comunicó que las víctimas se elevan hasta 40 rinocerontes al día.
En este caso, fue bajo las patas rugosas de los mamíferos más masivos del África continental que murió el cazador furtivo.
/AAC
