Este viernes, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Gebreyesus, ha lanzado un doble mensaje dirigido a los Gobiernos y las compañías farmacéuticas con relación a las vacunas contra el Covid-19.
A los Gobiernos, pidió que prioricen vacunar a las personas más vulnerables, es decir, a las personas mayores de edad, mientras que, a las farmacéuticas, solicitó que permitan a otros fabricantes producir sus vacunas.
Gebreyesus abrió su conferencia bisemanal sobre la situación de la pandemia en el mundo con un recuerdo para el capitán Sir Tom, un veterano de guerra británico y héroe nacional que falleció de Covid-19 esta semana a los 100 años, después de haber luchado contra el virus también de una forma también heroica.
El Capitán Tom decidió que intentaría recaudar 1000 libras para el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido completando 100 vueltas a su jardín en una campaña que contaba con el apoyo de una ONG. Terminó recaudando más de 30 millones de libras.
“Para mí, el Capitán Sir Tom representa dos cosas: La primera es que todos podemos hacer la diferencia, ya sea recaudando dinero, inspirando a otros, informando al público o simplemente decidiendo quedarse en casa para mantener a los demás a salvo. La segunda es que el Capitán Sir Tom fue un recordatorio del valor que debemos dar a las personas mayores y todo lo que aportan a nuestro mundo”, dijo Gebreyesus.
El doctor Tedros puso ese valor en contraste con “una narrativa inquietante en algunos países de que está bien si las personas mayores mueren”. Y añadió: “No está bien. Nadie es prescindible. Cada vida es preciosa, independientemente de la edad, el sexo, los ingresos, el estado legal, la etnia o cualquier otra cosa”.
Por ese motivo, recalcó “es tan importante que las personas mayores de todo el mundo tengan prioridad para la vacunación. Las personas con mayor riesgo de padecer una enfermedad grave o de morir por Covid-19, incluidos los trabajadores de la salud y las personas mayores, deben ser los primeros, y deben ser los primeros en todas partes”.
Tedros, explicó que el número de personas vacunadas en el mundo, alrededor de 120 millones, ha alcanzado ya al del número de infectados por coronavirus, una buena noticia si no fuera porque más de tres cuartas partes de las personas vacunadas viven en diez países ricos que suponen el 60 por ciento del PIB (Producto Interno Bruto) mundial en conjunto.
El responsable de la agencia de la ONU explicó que incluso en algunos países se han vacunado a grandes cantidades de la población que tienen un riesgo bajo de padecer la enfermedad o de morir.
“Todos los Gobiernos tienen la obligación de defender a su propia gente, pero una vez que los países han vacunado a sus propios trabajadores de la salud y a las personas mayores, la mejor manera de proteger al resto de su propia población es compartir las vacunas para que otros países puedan hacer lo mismo. Esto se debe a que cuanto más tiempo se tarda en vacunar a las personas con mayor riesgo en todas partes, más oportunidades le damos al virus de mutar y evadir las vacunas”, explicó.
“En otras palabras, a menos que eliminemos el virus en todas partes, podríamos terminar en el punto de partida”, añadió.
Por tal motivo, pidió a los países que compartan sus dosis una vez que hayan acabado con la vacunación de las personas mayores y los trabajadores sanitarios.
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