Tras una larga agonía ocasionada por el Covid-19, este martes por la mañana, partió a la diestra de Dios Padre, el periodista de la Red Unitel, Juan Ramón Flores Bautista, quien a lo largo de su carrera periodística se enamoró de Oruro.
Antes de la pandemia, Juan trabaja de “nochero” en el canal de televisión, estaba encargado de reportar hechos de crónica roja y de cuando en cuando era enviado a distintas partes del país o de las provincias de La Paz, para realizar notas especiales, según los temas que se le asignaba.
Fue en el transcurso de su labor periodística que llegó a Oruro, a cubrir algunas actividades. Se enamoró del Carnaval, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad y cuando podía se escapaba de La Paz, para estar presente al final del Festival Nacional de Bandas de Música que se realiza una semana antes de la Entrada del Sábado de Peregrinación, en la Avenida Cívica “Sanjinés Vincenti”.
Oruro representó mucho en los últimos años de su vida, que incluso se volvió hincha de San José. Como anécdota, en una ocasión, luego de un curso de periodismo en La Paz, junto a un periodista orureño, salió de un café de madrugada, y por las calles de la ciudad maravilla se fueron cantando la morenada: “San José es Oruro… Oruro es San José, el equipo de mis amores, es San José…”.
Cuando llegaba ocasionalmente, le gustaba disfrutar del té con té y posteriormente de saborear un rico rostro asado de la 6 de Octubre.
La última vez que llegó a Oruro y se quedó por varias semanas fue en marzo de 2020, cuando en esta parte de Bolivia, se registraron los primeros casos de Covid-19.
Siempre de buen humor y bromista, llevaba por delante las malas noticias que dejaba el coronavirus en la Capital del Folklore de Bolivia. Algunas veces “primereaba” en la información que se generaba. Siempre entrador, acucioso y analítico. Su experiencia fue compartida por varios periodistas.
Antes de irse de Oruro, realizó un viaje al municipio de Eucaliptus, en ese entonces, Caracollo ingresaba en encapsulamiento por presentarse los primeros casos. Sin embargo, en el camino el hambre reclamaba, en los organismos de los ocasionales viajeros, quienes tuvieron que hacer una parada en ese municipio para alimentarse. Su cuidado fue extremo que hasta desinfectaba su refresco con el alcohol que llevaba en el bolsillo.
El cuidado contra la enfermedad era fundamental para Juan, quien siempre llevaba en la maletera del vehículo, los implementos necesarios para usarlos si el caso ameritaba.
Tras retornar de ese viaje, se fue a La Paz y en julio de 2020 se contagió de la enfermedad, fue el final de su vida como periodista. Quedó postrado en una cama del Materno Infantil en esa ciudad, posteriormente fue inducido a coma y no salió nunca más de ese estado, hasta que finalmente, hoy dio su último suspiro.
Existe pesar en el periodismo nacional y más en las personas que tuvieron la fortuna de conocerlo, quienes con diferentes mensajes se despidieron de su gran amigo, conocido como “pata” o “juaneco”.
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