El presidente Donald Trump ha recurrido a un grupo de asesores que venden tácticas cada vez más dudosas para anular los resultados de las elecciones, que según varios altos funcionarios y personas cercanas al presidente, ha generado nuevos niveles de incertidumbre sobre cómo resistirá Trump el final de su mandato.
La indiferencia del presidente norteamericano ante las múltiples crisis provocadas por su gobierno, incluye su apatía por una mortal pandemia que ha infectado a 18 millones de estadounidenses y ha matado aproximadamente a 320.000 mientras esta nación vive su temporada de celebraciones más oscura en generaciones.
Trump, en el proceso, ha rechazado en su mayoría a quienes trabajan dentro del gobierno, lo que ha llevado a temores crecientes de cómo podría arremeter en las cuatro semanas que le quedan en la Casa Blanca, o de cómo puede resistirse a dejar el edificio el Día de la Inauguración.
A pesar de todo, Trump ha abandonado en su mayor parte el funcionamiento diario del gobierno.
En una reunión del gabinete la semana pasada “estuvo gran parte del tiempo quejándose de sus sospechas de fraude electoral”, según una persona familiarizada con el asunto, dejando a algunos asistentes perplejos sobre el punto de la reunión.
“Ganamos esta elección de manera aplastante”, afirmó falsamente Trump durante una llamada el lunes al activista Charlie Kirk, quien transmitió la conversación usando un micrófono para que todos los asistentes a una reunión de jóvenes conservadores en West Palm Beach, Florida, pudieran escuchar.
“El problema es que necesitamos un partido que vaya a pelear y tenemos algunos grandes congresistas y mujeres que lo están haciendo y tenemos otros, algunos grandes luchadores”, continuó Trump.
“Pero ganamos esto de manera aplastante, ellos lo saben, y necesitamos el respaldo del Departamento de Justicia, y otras personas finalmente tienen que dar un paso al frente”, dijo.
Al tener conocimiento de los planes de Donald Trump, algunos funcionarios de la Casa Blanca expresaron su temor de cómo terminaría esto.
“Da miedo”, dijo un funcionario de la administración, quien agregó que Trump parece “obsesionado” con escenarios remotos para anular los resultados electorales que aparentemente son insostenibles, tanto factible como políticamente.
Uno de ellos incluye un esfuerzo liderado por el representante republicano Mo Brooks de Alabama para desafiar la victoria del presidente electo Joe Biden en el Colegio Electoral cuando el Congreso se reúna para ratificarlo formalmente el 6 de enero.
Trump se reunió con Brooks y otros legisladores conservadores de la Cámara en la Casa Blanca el lunes para una discusión centrada en las afirmaciones infundadas del presidente y las teorías de conspiración de que las elecciones le fueron robadas, dijeron los participantes.
Durante una conferencia de prensa en el Departamento de Justicia el secretario de Justicia William Barr rechazó rotundamente los llamados del presidente en los últimos días para un fiscal especial sobre la votación o las solicitudes de sus partidarios de considerar la incautación de máquinas de votación. Ambas son ideas planteadas por Powell y otros que han hablado con el presidente en los últimos días.
“No veo ninguna base para la incautación de máquinas por parte del gobierno federal”, dijo Barr en su conferencia de prensa.
Si pensara que era necesario un fiscal especial sobre fraude electoral, ya habría designado a uno, añadió.
“Desafortunadamente, hay fraude en la mayoría de las elecciones. Creo que somos demasiado tolerantes”, expresó.
Pero en esta elección, Barr señala que apoya el hallazgo que no hubo fraude sistémico o de base amplia, un hallazgo que el presidente se niega a admitir.
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