El lunes pasado, el presidente electo de EE.UU., Joe Biden, comenzó a definir su equipo de Gobierno desde su oficina de transición y surgieron varias nominaciones de novedad para los puestos de seguridad nacional.
Un latino al timón de la política migratoria de Estados Unidos. Una mujer en la Dirección de los Servicios de Inteligencia. Y un ex secretario de Estado a cargo de combatir el calentamiento global.
Se trata de Alejandro Mayorkas, un inmigrante nacido en Cuba, como secretario de Seguridad Interior de EE.UU. y de Antony Blinken, un promotor del multilateralismo, como secretario de Estado.
Biden eligió también a John Kerry, exsecretario de Estado de Obama, como su enviado especial para el clima y a Avril Haines como Directora de Inteligencia Nacional de EE.UU.
Las nominaciones están hechas y son una muestra clara del interés de Biden por aumentar la diversidad racial y de género en el Gobierno.
«Está claro que la política de inmigración de Biden será muy diferente a la del presidente Trump», dijo, William Galston, un experto en política doméstica en la Institución Brookings que asesoró al expresidente Bill Clinton dijo: «Ese nombramiento (de Mayorkas) tenía la intención de subrayar ese cambio», durante una entrevista con BBC Mundo.
Mayorkas llegó a EE.UU. siendo bebé, como refugiado político junto a su familia tras la revolución cubana. Creció en Miami y Los Ángeles, estudió derecho, fue fiscal federal y trabajó en el gobierno de Obama como jefe de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración y como secretario adjunto de Seguridad Interior.
Desde ese departamento, Alejandro Mayorkas impulsó el programa Acción diferida para los llegados en la infancia (DACA por sus siglas en inglés) que otorgó permisos de trabajo y protección contra la deportación a más de 700.000 jóvenes que entraron sin documentos a EE.UU. cuando eran niños.
Estas nominaciones son Un reflejo claro de su intención de dar un gran viraje de rumbo al gobierno de EE.UU.
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