“La Covid”, así fue bautizada una minina criolla, encontrada en marzo por un funcionario policial en la zona de Pampajasi de La Paz, durante un patrullaje motorizado que efectuaron cuando la cuarentena rígida estaba en vigencia a consecuencia de la pandemia causada por el Covid-19.
El subteniente, Jorge Daniel Cossío Marze fue quien ese día de patrullaje observó a la gatita en la calle. Le llamó la atención verla sola, siendo apenas una cría, por lo que inmediatamente golpeó las puertas de las casas de los vecinos para preguntar si el animalito pertenecía a alguno de ellos, sin embargo, nadie se pronunció como dueño de la mascota.
El uniformado, que tiempo antes llegó a La Paz a cumplir su labor desde la ciudad de Cochabamba, tenía en mente adoptar una mascota al verse solo y vivir en un cuarto que había rentado en la sede de Gobierno. No desaprovechó esa oportunidad y se la llevó consigo.
La bautizó como “Covid” debido a la pandemia. Desde un inicio pareció como si el destino había preparado el encuentro y que a partir de la fecha, ambos cambien su vida de soledad y se constituyan en los mejores amigos.
Sin embargo, al principio no fue fácil tener a Covid, ya que el subteniente tenía que cumplir sus servicios en la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), a media cuadra de la Plaza Murillo y le daba pena dejar sola a su compañera.
Así que muy decidido decidió llevarla hasta su fuente de trabajo, donde fue muy bien recibida, no solo por sus camaradas, sino también por las otras mascotas rescatadas y que viven en esa unidad policial. Cada can tiene su propia historia.
“Todos se encariñaron con la gatita, la conocimos en la etapa de crisis (sanitaria). Se ha acostumbrado que la llamemos la Covid, hace un servicio igual. Le hice su ropa con los colores de los uniformes que usamos para que pase como una funcionaria de la UTOP de la Plaza Murillo”, indicó a LA PATRIA DIGITAL.
“La Covid” tiene su rol específico en la unidad policial, se encarga de la vigilancia de la puerta del dormitorio de los uniformados, ya que antes de su llegada, las palomas de la Plaza Murillo ingresaban muy seguido a dicho lugar, y ahora no lo hacen ya que la mascota policial se encarga de la seguridad del dormitorio.
La gatita también tiene su casita en la UTOP, donde descansa. Se alimenta de croquetas y en algunas ocasiones de la comida de la unidad policial que es compartida por su amo, de su propio plato.
La mascota de siete meses y medio, ahora un miembro de la familia policial, es muy querida por los uniformados, quienes se echan de menos de ella constantemente. Asimismo, la minina demuestra un carácter muy jovial, es juguetona y asume el rol de guardiana.
“Todo el tiempo, ella estará conmigo, si me cambian de la UTOP me la llevaré a la gatita e igualmente tendrá su uniforme de la unidad. Es mi compañera, es como un camarada para mí. Estoy solo y me he encariñado mucho”, dijo al añadir que cuando le toca patrullar, ella sale con él ya sea en vehículo o a pie, principalmente por la Plaza Murillo.
COMANDANTE
Por su parte, el comandante Departamental de La Paz, coronel Wilson Ortiz Santos indicó a LA PATRIA Digital que brindó su respaldo al uniformado y lo felicitó por el gran corazón que demostró no solo al rescatar a la mascota, sino también por convertirla en un miembro más de la entidad del “verde olivo”.
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