Después de dos meses, de a poco algunos templos católicos abren sus puertas para retomar sus actividades como las misas del día.
A pesar de que la afluencia de personas es mínima a lo que se acostumbrada, los sacerdotes deciden realizar estas celebraciones, tratando de cumplir con las normas de bioseguridad. Ese es el panorama en algunas parroquias de la ciudad orureña.
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