En medio de enfrentamientos y problemas sociales que afronta el país, debido a los resultados emitidos por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de las elecciones generales celebradas el 20 de octubre, hoy se recuerda la Nacionalización de las Minas, decretado por el gobierno de Víctor Paz Estenssoro el 31 de octubre de 1952.
Las minas que pasaron a ser propiedad del Estado fueron: Bolsa Negra, Kami, San José, Colquiri, Morococala, Huanuni, Alantaya, Catavi, Antequera, Colquechaca, Colavi, Unificada del Cerro Rico de Potosí, Pulacayo, Matilde, Chorolque, Ánimas, Chocaya, Oploca, Venus y Pampa Grande.
Año tras año el sector minero preparaba un acto, debido a que esta fecha es recordada como un avance importante para Bolivia y la administración de sus recursos naturales, sin embargo, debido a la convulsión social que está viviendo el país, no se hizo conocer ninguna convocatoria.
El 31 de octubre de 1952, Víctor Paz Estenssoro firmó el decreto de nacionalización de las minas en la histórica mina de Catavi – Siglo XX, siendo un pedido de los trabajadores del subsuelo, por los abusos que sufrían de parte de los empresarios, mejor conocidos como los “Barones del Estaño”.
Esta nacionalización revertía al Estado todos los bienes, yacimientos e instalaciones de las tres grandes empresas mineras de Bolivia: Patiño, Hochschild y Aramayo y así se cree la Corporación Minera de Bolivia (Comibol).
El Grupo Patiño significaba el 46%; el Grupo Hochschild el 25.4% y el Grupo Aramayo el 6.9% de la producción minera boliviana de estaño.
A pesar de los grandes avances que ha tenido la minería, otro paso importante que siempre es un pedido de este sector es la industrialización de minerales, para tener mejores réditos en favor de la economía nacional.
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